Por ejemplo, quedó prohibido sentarse en los peldaños de mármol de la emblemática escalera de la Piazza di Spagna (Plaza de España) que fue inaugurada en 1725 por el papa Benedicto XIII.
Las multas por violar la prohibición van desde 160 hasta 400 euros (unos 180-450 dólares). A los turistas no les gusta la iniciativa. "Lo entiendo si alguien come, pero ya no se puede ni sentarse, es absurdo", expresa su indignación Marcos Morales, un turista mexicano de 35 años quien llegó a Roma con Laura, su novia, publica Adnkronos.
La medida forma parte del nuevo reglamento urbano que además de la prohibición de comer al lado de los monumentos de valor y beber pegándose a las fuentes de agua potable, también establece la prohibición de sentarse en las escalinatas de mármol de la escalera de Plaza de España.
Esta novedad es defendida por la Administración municipal. Así, Anna Vincenzoni, concejala de medioambiente y responsable de la Policía local declaró: "Hay demasiados casos de turistas que dañan los monumentos. Por supuesto, no son todos los turistas, pero hasta que eduquemos a esta categoría, el decreto va a funcionar".
Gianni Battistoni, presidente de la Asociación Vía Condotti (una calle cercana a la escalera), asegura que "esta medida es una pequeña recuperación de la civilización. La escalera es una obra maestra de arte y en obras maestras no se suele sentar".
Sin embargo, el famoso crítico de arte Vittorio Sgarbi califica a la medida de "casi fascista".
"Medida excesiva, casi fascista. La protección del monumento me parece bien, no se puede comer en el mármol, pero la prohibición de sentarse es realmente excesiva. Me parece una medida fascista que el municipio se verá obligado a revisar".