El COVID-19 exhibe la principal debilidad de Occidente

Mensajes presidenciales de emergencia a las naciones y ciudades enteras en cuarentena continúan impactando a varios países. No obstante, en lugar de unirse contra un bien común, los países occidentales se encuentran en medio de una competencia paralela para ver quién halla primero una cura contra el COVID-19.

Los científicos de varios países realizan diversas investigaciones y pruebas para encontrar una vacuna contra el COVID-19, sin embargo estas investigaciones se llevan a cabo con financiación de sus países convirtiéndose en una carrera entre los Gobiernos para adjudicarse la patente de la cura.

En medio de esta carrera por la cura, tanto EEUU como los países europeos han inyectado millones para financiar los laboratorios que buscan la vacuna. Y a pesar de que inicialmente parecía que la lucha contra el coronavirus iba a unir a Occidente, cuando se supo que el gerente del laboratorio alemán CureVac se reunió con Donald Trump y Mike Pence en la Casa Blanca y afirmaron que en unos meses se tendría la cura lista, el escenario cambió.

Tan solo unos días después, el director de CureVac, Dan Menichella, abandonó sus funciones luego de que EEUU le propusiese ofertas según publicó el diario Die Welt. Más tarde, estas informaciones fueron calificadas de falsas por el laboratorio alemán a la vez que aseveró que el laboratorio no entraría en especulaciones y se "centraría en la vacuna que está desarrollando".

👩‍🔬💉 Hay evidencias de que el plasma de los pacientes curados puede volvernos inmunes al virus. ¿Cómo funcionaría?
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) March 20, 2020

​A su vez, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen anunció que "hasta otoño" podría ser posible tener una vacuna contra el coronavirus. Mientras que EEUU anunció que ya tiene una vacuna experimental basada en la tecnología de ARN y que actualmente se está probando en humanos desde el 16 de marzo.