"Quiero manifestar de nuevo mi cercanía espiritual y fraternal al pueblo de Sri Lanka", declaró Francisco que dijo que confía "al señor a quienes han perdido trágicamente la vida" y reza por los heridos.
También pidió prestar toda la ayuda necesaria a Sri Lanka y expresó la esperanza de que todo el mundo condene estas acciones.
El 21 de abril, después de dirigirse a los católicos en su tradicional mensaje y bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo), el pontífice manifestó su "cercanía a la comunidad cristiana, golpeada, mientras estaba reunida en la oración".
Durante el Domingo de Resurrección en Sri Lanka se produjeron ocho ataques, tres dirigidos contra iglesias, tres contra hoteles, otro en un barrio residencial de un suburbio de Colombo y el último en el oeste de la isla donde murieron tres policías que ejecutaban una redada, según las autoridades.
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En total murieron 290 personas, muchas de ellas extranjeras, además resultaron heridas alrededor de 500.
Según los medios, los atentados fueron obra de terroristas suicidas.
