"Insto a las autoridades de Birmania a que demuestren el genuino compromiso necesario para poner fin al ciclo de violencia y desplazamiento y mejorar las condiciones para todas las comunidades en el estado de Rakáin, de acuerdo con las recomendaciones de la comisión asesora sobre Rakáin, y trabajar junto con ACNUR y otros socios" dijo, citada en un comunicado.
Jolie hizo esa declaración después de visitar el campamento de refugiados de Kutupalong, el mayor de Bangladés, donde se encontró "con las familias que durante sus vidas han conocido solo la persecución y la apatridia".
Apuntó que los rohinyás tienen el pleno derecho a volver a sus hogares, pero podrán hacerlo solo cuando se les garantice la seguridad.
"Ayer conocí a una mujer, una superviviente de violación en Birmania y ella me dijo: 'tendrían que dispararme aquí mismo antes de que vuelve sin mis derechos'", relató.
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La filántropa constató que los recursos de Bangladés tienen límites y por ello "no se puede permitir que sea el único responsable de acoger a los refugiados rohinyás".
"Llamo a la comunidad internacional a continuar proporcionando la ayuda humanitaria para atender las necesidades de los refugiados y apoyar las comunidades que los acogen", declaró.
La operación militar se saldó con más de 400 muertos.
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Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana estimada entre 1,1 y 1,5 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes; el conflicto y la crisis humanitaria se agravaron especialmente con la transición política de un régimen militar a uno civil ocurrida entre 2011 y 2012.