"La violencia y la persecución por parte de militares y milicias, que desembocaron en la huida de 700.000 rohinyás a Bangladés, no tienen excusa", dijo Pence en los márgenes de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) en Singapur.
Además, Pence mencionó la situación con dos periodistas de Reuters, Wa Lone y Kyaw Soe Oo, que investigaban las matanzas de los rohinyás y fueron sentenciados a siete años de prisión por posesión ilegal de secretos oficiales.
"La detención y el encarcelamiento de dos periodistas en otoño pasado preocupó mucho a millones de estadounidenses", indicó Pence al subrayar la importancia de mantener la libertad de expresión de la prensa.
Por su parte, la Consejera de Estado birmana señaló que las autoridades del país entienden la situación mejor que los observadores exteriores.
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Más de 700.000 rohinyás, la minoría musulmana del estado birmano de Rakáin, huyeron a la zona limítrofe de Bangladés en poco menos de un año, desde finales de agosto de 2017, por el brote de la violencia provocado por un ataque del llamado Ejército de Salvación Rohinyá de Arakán (antiguo nombre de Rakáin) contra 30 puestos policiales y las represalias de las Fuerzas Armadas.
El pasado octubre, Birmania y Bangladés llegaron a un acuerdo para repatriar al primer grupo de refugiados rohinyás antes de mediados de noviembre, como parte del plan acordado por los dos países a finales de 2017.
Mientras tanto, muchos de estos refugiados tienen miedo de regresar a su país de origen porque temen volver a enfrentarse allí a persecuciones y violaciones de sus derechos fundamentales.
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Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana estimada entre 1,1 y 1,5 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes; el conflicto y la crisis humanitaria se agravaron especialmente con la transición política de un régimen militar a uno civil, ocurrida entre 2011 y 2012.