"La defensa no lo aceptó (la propuesta de la videoconferencia) (…) Ante el rechazo el interrogatorio será presencial", escribió el magistrado en su decisión.
Moro quería que el interrogatorio fuera por videoconferencia para ahorrar costos en el esquema de seguridad necesario para recibir al expresidente.
El pasado mes de mayo Lula respondió a las preguntas de Moro en Curitiba, con un amplio despliegue policial en la ciudad y miles de simpatizantes que acudieron a mostrarle su apoyo.
En esta nueva acción penal, el líder de la izquierda brasileña está acusado de recibir beneficios de la constructora Odebrecht relacionados con un terreno donde iba a construirse la nueva sede del Instituto Lula, una obra que nunca fue ejecutada.
Moro consideró que el líder del Partido de los Trabajadores recibió un soborno de manos de la constructora OAS en forma de apartamento de lujo en Guarujá (litoral del estado de Sao Paulo).
El expresidente niega todas las acusaciones y remarca que es víctima de una persecución judicial y mediática para evitar que sea candidato presidencial en las elecciones de 2018.