El gobierno federal "está dispuesto a que se abra el debate sobre la posible legalización de la siembra de amapola con fines medicinales y científicos", dijo en declaraciones difundidas este martes Alberto Begné, subsecretario de Prevención del Delito y Participación Ciudadana de la secretaría federal de Gobernación (Interior).
La declaración ha sido hecha en una gira de trabajo junto al gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, quien ante la ola de violencia de los últimos años en la Sierra de Guerrero, primer lugar en la siembra de enervantes, ha propuesto que se legalice la siembra de amapola, como una opción de paz.
El debate para legalizar el cultivo de amapola "está cobrando fuerza en la Organización de las Naciones Unidas, por lo cual es necesario un estudio de los beneficios que podría tener el control y venta del producto de la amapola con fines medicinales", dijo el responsable federal.
Mercado en EEUU
La gira de Begne ha abarcado la capital de Guerrero, Chilpancingo, y la ciudad de Iguala, escenario de los ataques contra alumnos de la escuela rural de maestros de Ayotzinapa, cuya desaparición tras ataques de policías aliados al crimen organizado habría estado relacionada con el tráfico de heroína, extraída de la amapola producida en esa zona, de acuerdo con una de las líneas de investigación judicial.
En esa gira, el funcionario federal ha anunciado proyectos del Programa Nacional de Prevención del Delito, valuados en 149 millones de pesos (unos 8,3 millones de dólares).
"Mi idea es que el planteamiento pueda contemplar un programa piloto en la ruta medicinal como lo hacen en varios países", ha propuesto el gobernador Astudillo, del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), del presidente Peña.
La propuesta plantea comenzar con programas para mejorar las condiciones sociales de quienes se dedican a la siembra de la droga.
México propuso en abril ante la ONU cambiar el paradigma prohibicionista por uno de salud pública, envió un proyecto de ley al Congreso para regular el uso medicinal de marihuana, elevar de 5 a 28 gramos la cantidad de cannabis para consumo personal sin penalización, y liberar a decenas de miles presos por posesiones menores a ese rango; pero entonces no mencionó la amapola.
Semanas después, Astudillo llamó a incluir a la amapola en el proyecto de regulación con fines medicinales, como poderoso analgésico contra el dolor de enfermos terminales.
Hay un factor que impulsa al gobierno a la regulación: "a pesar de ser productor importante de heroína, México no es consumidor importante, prácticamente toda la producción mexicana se exporta", ha dicho a principios de mayo Mondragón, al confirmar el debate dentro del gobierno federal.
Las cifras son decisivas: "impactar en las finanzas del crimen organizado, el cual gana anualmente más de 1.000 millones de dólares por el trasiego ilegal de heroína y opio a EEUU", dice un documento federal en estudio, difundido por primera vez en la revista Proceso en marzo pasado, con ejemplos que han comenzado a estudiarse, como Turquía e India, que legalizaron la amapola en 1933 y 1947.