"Se eleva de dos a cinco millones de dólares el límite mensual máximo de compra de divisas para la formación de activos externos", señala el texto.
Además, el banco informó que ya no se exigirá una declaración jurada a todos aquellos que cobren hasta 100.000 dólares mensuales por exportaciones u "otros conceptos" realizados en el exterior.
Asimismo, los bancos estarán obligados a que en operaciones de transferencias desde cuentas en el exterior, el monto acreditado en la cuenta local sea igual a la cantidad debitada en la cuenta extranjera.
Si el banco dispone el cobro de una comisión por esta operación, lo debe aclarar por separado, indica la misiva.
Otra de las medidas establece que cuando un cliente realice una compra con tarjeta de débito, los bancos deberán darle la posibilidad de que elija de qué cuenta se extrae el importe, si en la de pesos argentinos o en la de dólares, en caso de que la tuviera en esta divisa.
Por defecto, la compra se debitará de la cuenta en moneda extranjera para evitar operaciones de cambio.
Tras cuatro años de un estricto control cambiario por parte del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) para frenar la fuga de divisas y limitar la compra de moneda extranjera, el nuevo Ejecutivo adoptó la política contraria para estimular las inversiones.
La primera medida que tomó el presidente Mauricio Macri cuando asumió la presidencia en diciembre de 2015 fue declarar el fin de las restricciones para la compra de dólares, unificar las distintas cotizaciones que existían en el país y permitir que la tasa de cambio se defina según las leyes del mercado.
El aquel momento, el peso argentino se depreció más de un 40 por ciento frente al dólar.