La Constitución vigente “tuvo su origen en dictadura (1973-1990), no responde a las necesidades de nuestra época”, además de que “fue impuesta por unos pocos sobre la mayoría; por eso nació sin legitimidad y no ha podido ser aceptada como propia por la ciudadanía", argumentó Bachelet el martes en cadena de radio y TV.
Por tanto, "Chile necesita una nueva y mejor Constitución, nacida en democracia y que exprese la voluntad popular", concluyó la mandataria.
Monckeberg replicó a este anuncio que la iniciativa debe “interpretar a todos con reglas claras”, reseña el sitio El Mostrador.
Ellos son una comisión bicameral, una convención constituyente mixta (con legisladores y ciudadanos), una asamblea constituyente y un plebiscito para que la ciudadanía decida entre esas tres opciones.
La presidenta también anunció mecanismos de educación cívica y diálogos ciudadanos que comenzarían en marzo del año próximo.
El diputado Monckeberg pidió evitar polarizar el proceso desde el inicio.
“Si la etapa de educación cívica se transforma en una guerrilla de buenos y malos, de vencedores y vencidos, vamos por muy mal camino”, dijo el legislador de RN.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, aseguró que la redacción de una nueva Constitución no será una amenaza para ningún sector de la actividad económica privada, según declaraciones del diario El Mercurio.
En las próximas semanas, Bachelet nombrará a un Consejo Ciudadano de Observadores para que acompañe la iniciativa constituyente y garantice su transparencia y equidad.
Bachelet se comprometió en su campaña electoral a promover la redacción de una nueva Constitución, y en abril de este año anunció que el proceso comenzaría en septiembre.