"La Comisión Interamericana de Derechos Humanos insta a Estados Unidos de América a suspender la ejecución de Russell Bucklew (…) programada para el 20 de marzo de 2018 en el estado de Misuri (centro-este), y a otorgarle una reparación efectiva", dijo la CIDH en un comunicado.
A través de estas medidas, el organismo pidió a EEUU que se abstuviera de aplicar la pena de muerte a Bucklew, ya que debido a que padece un mal congénito, el Estado estaría incurriendo en torturas y castigos crueles e inhumanos en su contra en caso de ser ejecutado a través de una inyección letal.
"En casos de pena de muerte, cuando el Estado toma conocimiento de la existencia de un riesgo significativo de que un método de ejecución específico puede causar una violación de sus obligaciones internacionales, incluyendo normas imperativas de derecho internacional, es necesario que se abstenga de proceder a la ejecución en tales circunstancias, con independencia de la existencia o no de un método alternativo", afirma la CIDH en el texto.
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El organismo sostiene que "las autoridades judiciales internas" reconocieron la existencia "de un riesgo específico" para Bucklew, pero que de todas formas decidieron continuar con la ejecución "porque su defensa no cumplió con el estándar de establecer la existencia de un método alternativo que pudiera reducir el sufrimiento" de la persona condenada.
De acuerdo a la CIDH, los más de 20 años que el acusado ha estado en el corredor de la muerte "exceden ampliamente el tiempo que otros tribunales internacionales y nacionales han caracterizado como tratamiento cruel, inhumano y degradante", por lo que Bucklew debe recibir una conmutación de su pena y una "reparación efectiva" de parte de EEUU.
La ejecución de Bucklew está prevista para este 20 de marzo para las 19:00 hora local del estado de Misuri (01:00 del miércoles GMT).