El decreto del presupuesto 2021 fue anulado con 121 votos a favor y 24 en contra. También quedaron sin efecto dos préstamos por 594 millones de dólares y 20 millones de dólares para financiar el gasto. Ahora el Gobierno deberá reformular el vigente presupuesto de 2020 mediante un diálogo con diferentes sectores para que continúe el próximo año.
"Si de verdad queremos corregir el rumbo, porque esto fue un grave error, ahora el camino correcto es que respetemos lo que está en la Constitución, que sea enviado al Ejecutivo y que sea vetado por el presidente", afirmó el diputado Walter Félix, jefe del bloque de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca y exguerrillero de izquierda, citado por El Espectador.
El presupuesto más alto de la historia
El presupuesto anulado fue aprobado hace poco más de una semana y se convirtió en el más alto en la historia del país, con cerca de 12.800 millones de dólares. Fue criticado por no priorizar la lucha contra la pobreza, condición en la que se encuentra más de la mitad de la población de este país.
Así, los fondos para tratar el cáncer en el nuevo presupuesto bajaron a cero, y los del Organismo Judicial, a la mitad de lo solicitado. La construcción y los alimentos para el Congreso, en cambio, subieron.
Cientos de personas pidieron la renuncia del presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, mediante protestas violentas. La situación llegó a tal punto que incluso el vicepresidente del país, Guillermo Castillo, pidió al mandatario que renunciaran juntos por "el bien del país".
Ni renuncia ni veto
Giammattei, por su parte, no se mostró favorable ni a renunciar ni siquiera a vetar él mismo el presupuesto rechazado. "El presupuesto 2021 es ventajoso para el país, les pido que lo revisen de forma integral", aseguró e insistió en que este tiene un menor nivel de endeudamiento.
El mandatario también expresó su respeto a la libre expresión del pueblo, pero pidió recordar que las manifestaciones se llevan a cabo en tiempos de la pandemia de coronavirus, que ha dejado en el país hasta el momento más de 120.000 contagios y más de 4.000 muertos.
"Las personas tienen todo el derecho a la libertad de expresión, jamás estaré en contra de eso, solo les pido que no se olviden que la COVID sigue entre nosotros", señaló Giammattei.
Reitero que se tiene el derecho de manifestar conforme la ley. Pero tampoco podemos permitir que se vandalice con la propiedad pública o privada. Al que se le compruebe su participación en estos hechos delictivos les caerá todo el peso de la ley.
— Alejandro Giammattei (@DrGiammattei) November 21, 2020
Anteriormente, el presidente guatemalteco también reiteró que se tiene el derecho de manifestar conforme la ley. "Pero tampoco podemos permitir que se vandalice con la propiedad pública o privada. Al que se le compruebe su participación en estos hechos delictivos les caerá todo el peso de la ley", agregó.
¿De dónde viene la crisis?
El politólogo guatemalteco Luis Velázquez, por su parte, opina que la crisis política de Guatemala viene desde mucho antes del Presupuesto rechazado por los manifestantes. El analista atribuyó el descontento a la concentración de poder del mandatario y a la "indignación" contenida tras asfixiar una serie de protestas cinco años atrás.
"Para los que gustamos de la ciencia política nos parece extraño que sea un presupuesto lo que hace explotar una serie de manifestaciones", admitió el analista. En ese sentido, señaló que el verdadero antecedente de estas protestas puede ubicarse en 2015, cuando salieron a la luz una serie de actos de corrupción que vinculaban a las autoridades aduaneras del país centroamericano.
Velázquez recordó que aquel episodio "generó todo un ciclo de protestas" contra la corrupción en el país y en apoyo a los trabajos de la Fiscalía Especial contra la Impunidad, que investigaba las irregularidades, y de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
La asunción de Giammattei no calmó las aguas, sino que las reavivó, según el analista, debido a "la respuesta pobre y desinteresada que da el presidente, primero a las consecuencias económicas del COVID-19 y luego a los destrozos de las tormentas tropicales". Es en ese marco en que puede comprenderse el descontento popular con el presupuesto, ya que "le quitan dinero a hospitales públicos y se lo dan al Congreso para la compra de vehículos o le asignan a la Cruzada Nacional contra la Desnutrición un presupuesto 80 veces inferior al del Ministerio de Defensa".
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