Según el gobierno regional, "la estatal Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) autorizó (…) el inicio de la fase 3 de los ensayos clínicos para testar la eficacia y la seguridad de la vacuna contra el coronavirus.
Los voluntarios serán profesionales de salud que trabajan atendiendo a pacientes de COVID-19 en seis estados brasileños de varias regiones: el Distrito Federal (centro-oeste); Río de Janeiro, São Paulo y Minas Gerais (sureste) y Rio Grande do Sul y Paraná (sur).
Los voluntarios no pueden haber estado ya infectados por el coronavirus, no pueden participar en otros estudios y en el caso de las mujeres no pueden estar embarazadas o planear un embarazo en los próximos tres meses.
Otra restricción es que no tengan enfermedades inestables o que necesiten algún tipo de medicación que pueda alterar la respuesta inmune.
En paralelo a estas pruebas, el Instituto Butantan ya está adaptando una fábrica para la producción de la vacuna a gran escala; la capacidad de producción es de hasta 100 millones de dosis.
Además de estos tests de la vacuna desarrollada por el citado laboratorio chino, Brasil también participa en las pruebas de la vacuna de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca.
En este caso, la Anvisa dio luz verde para que empiece la tercera fase de pruebas el 2 de junio, y desde finales del mes pasado cientos de voluntarios ya están siendo vacunados.
Brasil es en estos momentos un campo de pruebas clave para las vacunas contra el COVID-19 por ser uno de los países donde el virus aún tiene una incidencia muy alta.
Desde el inicio de la pandemia murieron casi 65.000 personas y hay más de 1,6 millones de casos confirmados, según los datos más recientes del ministerio de Salud.