Para José Augusto de Castro, empresario y presidente de la Asociación Brasileña de Comercio Exterior (AEB), incluso con la posibilidad de una apertura comercial, las perspectivas para los negocios en Brasil siguen siendo malas. Castro considera que las actividades comerciales retomarán su "normalidad" solamente en unos tres o cuatro meses.
"No solo depende de Brasil, depende del mundo. Si el mundo no está normal, Brasil tampoco lo estará", afirmó el empresario en una entrevista con Sputnik Brasil.
Castro recordó que, actualmente, todos los sectores de la economía enfrentan problemas debido a la pandemia de coronavirus, dichos problemas a veces están en la demanda, a veces en la oferta. El empresario predijo, además, que la crisis actual pronto tendrá un impacto también en los precios.
Castro subrayó que una de las preocupaciones actuales dentro del sector empresarial es la competitividad impuesta por China, país que sale primero de la situación de pandemia y, por lo tanto, estará en mejores condiciones para abastecer el mercado.
"Nuestro temor hoy es China, pues mientras todos los países están con problemas, China teóricamente ha vuelto a la normalidad antes de todos. Por lo tanto, es el único país del mundo que puede ofrecer productos y también sus entregas. Mientras que los otros países están luchando para sobrevivir al problema, China ya pasó esta fase", señaló el experto.
Castro también apuntó que China está ofreciendo descuentos en sus exportaciones que oscilan entre el 15% y el 20%, lo que termina "eliminando la poca competitividad que tenían otros países" en medio a la pandemia.
La ventaja de los agronegocios
Castro puso de relieve, sin embargo, que no todo son malas notícias. El agronegocio brasileño se ha destacado en ese momento y mantiene lo que describió el empresario como un "ritmo cercano a la normalidad". Esto se debe a la ventaja que tiene el sector en relación con las cuestiones de logística.
Por otro lado, el sector de productos manufacturados sufre una caída "aguda", cuya causa Castro también atribuyó a la logística, la cual llamó "inviable" durante la pandemia.