"Avanzamos el análisis de nuestro pliego de peticiones en cinco comisiones y varias subcomisiones con poder de decisión, pero sobre el aumento salarial, que será discutido en detalle el próximo fin de semana, quien tiene la última palabra es el presidente Evo Morales", dijo a reporteros el líder de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi.
La COB, central unitaria de los sindicatos bolivianos en la que también están representados trabajadores independientes como artesanos, comerciantes minoristas y campesinos, ha pedido un aumento salarial general del 12% y un reajuste del 10% en el salario mínimo nacional.
La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), por su parte, ha reiterado que el alza salarial de este año no debería ser mayor al 2%, en vista de que la inflación minorista acumulada en 2018 fue de apenas 1,5%.
Huarachi afirmó el 24 de abril que los sindicatos esperan "no sólo una compensación de la inflación del año pasado sino un aumento real del poder adquisitivo de los salarios".
En la última década, la política salarial de Bolivia ha sido fijada mediante acuerdos bilaterales entre el Gobierno y la COB, situación que la organización empresarial denunció infructuosamente el año pasado ante la Organización Internacional del Trabajo.
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Además de la cuestión salarial, el pliego de peticiones de la COB se refiere a cuestiones de seguridad social, pensiones, creación de empleo y reactivación de empresas privadas en quiebra.
