"La decisión de Trump profundiza la política discriminatoria y de animadversión que ha desarrollado su administración contra los inmigrantes provenientes de Centroamérica, que es una política que no solamente se restringe a tomar decisiones ejecutivas y de buscar decisiones legales en contra de ellos, sino que va adquiriendo cada vez una forma más agresiva y militar, lo que puede terminar muy mal", dijo Cepeda.
Aunque la declaración cita una provisión legal que coloca el despliegue de la Guardia Nacional en manos de los gobiernos estadales fronterizos, Trump justificó la medida como una alternativa mientras se construya el muro limítrofe que viene prometiendo desde la campaña electoral y para el cual no obtuvo aún financiación del Congreso.
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"Las relaciones políticas, económicas y sociales que ha sostenido Estados Unidos con los pueblos de Centroamérica prácticamente se han quebrado en esta administración de Trump, y el hecho de intentar a la fuerza impedir el flujo migratorio es una medida que puede desatar una crisis más profunda", consideró Cepeda.
La declaración destaca que en las administraciones de George W. Bush (2001-2009) y Barack Obama (2009-2017), la Guardia Nacional "brindó apoyo a los esfuerzos para asegurar" la frontera sur.
"La crisis en nuestra frontera sur una vez más exige que la Guardia Nacional ayude a asegurar nuestra frontera y proteger nuestra patria", dice la declaración presidencial.
Sin embargo, los ingresos de inmigrantes irregulares por la frontera vienen cayendo en forma sistemática desde el año 2000, cuando sumaron 1,6 millones; en 2017 llegaron a algo más de 310.000, según cifras oficiales de EEUU.
Una caravana de más de 1.000 inmigrantes reunidos por la organización Pueblo Sin Fronteras se dirige al norte por territorio mexicano, con el objetivo de "huir de América Central" y buscar asilo en México o en EEUU.