"En estos encuentros quedó claro que Lula conocía todos los detalles, estaba al corriente de todos los pagos "por fuera" recibidos por Pólis (la empresa de Santana), porque Antonio Palocci, entonces ministro de Hacienda, siempre alegaba que las decisiones finales dependían de "la palabra final del jefe", dice un fragmento del documento de "delación premiada" de Santana.
Los portavoces del Insituto Lula replicaron la versión de Santana: "No vamos a comentar declaraciones de personas que buscan beneficios judiciales; las delaciones, según la legislación brasileña, no son pruebas", afirmaron, según recoge el portal de noticias G1.
Las "delaciones premiadas" se convirtieron en un modus operandi habitual entre los implicados en la Operación Lava Jato: consisten en confesiones en las que aportan nuevos detalles sobre la trama corrupta, para beneficiarse así de reducciones en la condena.