Los desfiles, "que han ido adquiriendo trascendencia en los últimos 20 años, recuerdan el estilo del carnaval de Río de Janeiro" contó su organizador.
La fama de este festival llegó a países como China y Japón, de donde cada vez llegan más turistas para contemplar la fiesta que nació hace más de 35 años.
"Estamos viendo desde las pasarelas que la calidad del espectáculo ha sido tremenda año a año, y la gente, que proviene cada vez más del exterior, queda asombrada", aseguró El Kozah.
Con el paso de los años, los carros se transformaron en carrozas gigantes de 17 metros de largo por 15 metros de altura.
"Son obras imponentes, más allá de los integrantes", explicó el coordinador.
Cada desfile, que se celebra tradicionalmente los sábados de los meses de enero y febrero, dura entre tres y cuatro horas.
"Es un procedimiento complejo por la cantidad de gente que participa, y por un tema de horarios", contextualizó el presidente de la Comisión.
Poner a andar cada una de las comparsas, que tiene un mínimo de 250 integrantes y un máximo de 300, cuesta unos 390.000 dólares, financiados por los clubes a las que pertenecen.
Estas instituciones son las "que corren el riesgo de la inversión que hacen, porque no hay participación estatal", acotó el coordinador.
12 carrozas y 30.000 asistentes
El carnaval de este año se inauguró el 14 de enero, "cuando tuvimos 28.000 personas que vieron el espectáculo en el corsódromo", contó El Kozah.
A la segunda noche asistieron otros 22.000 visitantes.
Al realizarse a cielo abierto, las contingencias climáticas pueden perjudicar el espectáculo, reconoció el presidente de la Comisión.
"Uno de los desfiles tuvo que ser suspendido este año por lluvias torrenciales, pero en ese caso pasa para el domingo siguiente, si es que no se reprograma la fecha", contó.
El carnaval de Gualeguaychú, el más relevante y conocido del país, continuará hasta el 4 de marzo.