Así opina el profesor de la Escuela Brasileña de Administración pública y Empresas (Ebape) Fernando Rezende, que en una entrevista con Sputnik defendió que esta ley es necesaria para abrir un debate que en Brasil nunca se había producido: "en qué gastamos el dinero que tenemos".
"En Brasil eso históricamente no se ha discutido, como sí pasaba en los países de la OCDE (…) Aquí se llevaba una propuesta al Congreso Nacional y ya está. La población tendrá que aprender a ver el valor del presupuesto", dice Rezende.
La medida impulsada por el Gobierno de Michel Temer ha sido duramente criticada por quienes consideran que vincular el gasto público a la inflación en la práctica significa reducir la inversión social, en especial en sanidad y educación.
La ley del techo de gastos también recibe críticas por tener un plazo de validez de 20 años, que muchos consideran excesivo, aunque Rezende vaticina que "no durará tanto" y que simplemente es "un instrumento para restaurar la calidad de la discusión presupuestaria".
"La PEC 241 crea un ambiente político propicio y empuja hacia otras reformas, como la laboral", dice el profesor, que considera que en general el impacto de la ley será positivo para la economía y recuperará la confianza del mercado hacia Brasil.
Su opinión no es generalizada. El profesor del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), João Sicsú, asegura que la PEC 241 "interrumpe el desarrollo brasileño y coloca al país en una ruta de regresión".
"Disminuirá el gasto público per cápita porque tales gastos estarán congelados, pero habrá un crecimiento de la población", pronostica.
La aprobación de la PEC 241 en la Cámara de Diputados es un triunfo para el Gobierno de Michel Temer, que en los últimos días había redoblado los esfuerzos para convencer a sus aliados.
Ahora deberá votarse de nuevo en la Cámara a finales de este mes y después en el Senado; si todos los trámites se producen según lo esperado podría aprobarse en diciembre y entrar en vigor el año que viene, según estimó el presidente del Senado, Renan Calheiros.