"La idea es acercar a Argentina lo que pasó en Medio Oriente, tomando el ejemplo emblemático de Palmira dado que (en esa ciudad) se destruyó Patrimonio de la Humanidad," explicó Vacheron, especialista del Programa de Cultura para el Cono Sur de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La Unesco declaró a Palmira como Patrimonio de la Humanidad en 1980.
La exposición forma parte de la campaña mundial de la Unesco 'Unidos por el Patrimonio', surgida a raíz de la destrucción que causó en Palmira el grupo terrorista Daesh (autoproclamado Estado Islámico), desde mayo de 2015, cuando ocupó la ciudad, hasta marzo de este año, en que fue liberada por el Ejército de Siria con la ayuda de la Fuerza Aérea rusa.
"No se puede desvincular esa destrucción con la crisis humanitaria, dos cosas distintas que deben ser tratadas de manera conjunta", afirmó Vacheron.
Palmira, antigua capital política y comercial de Medio Oriente durante el siglo II, fue asolada durante casi un año por Daesh, que dinamitó varios monumentos históricos entre los que se encuentran un arco del triunfo de más de 2.000 años de antigüedad, y el Templo de Bel, una reliquia religiosa del siglo I.
Daesh también destruyó la famosa estatua del león de Alat (diosa madre de Palmira), que representaba la protección de la ciudad.
Dañado pero no aniquilado
El responsable de la Unesco reveló a esta agencia que el martes regresó de Siria un grupo de especialistas que envió el organismo para evaluar los destrozos que se produjeron en Palmira.
Mientras Siria sufre los coletazos de una guerra civil que durante más de cinco años ha devastado a su población, la Unesco quiere recordar también los daños irreparables que ha ocasionado el conflicto al intentar aniquilar su riqueza patrimonial y cultural.
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En el marco del proyecto "salvaguardia de emergencia del patrimonio cultural sirio", la Unión Europea y la Unesco financian un proyecto, ahora en fase de implementación con un presupuesto de 2 millones de dólares, que permitirá tomar medidas para reestructurar los restos de Palmira.
Donada al organismo por la escritora e intelectual argentina Victoria Ocampo, la casa fue lugar de encuentro de los integrantes de las vanguardias literarias de buena parte del siglo XX.