El funcionario denunció además que el ataque de las tropas del mariscal Jalifa Haftar contra Trípoli "ya provocó un gran número de víctimas y destrucciones".
El enviado especial llamó a castigar a todos aquellos que utilizan la guerra para saldar sus cuentas personales y políticas.
Libia continúa sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales, el surgimiento de grupos yihadistas y mafias que se dedican al tráfico de migrantes irregulares de África a Europa.
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Actualmente en Trípoli funciona el Gobierno de unidad nacional, reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU, presidido por Fayez Sarraj, y en funciones desde el 31 de marzo de 2016.
El pasado 4 de abril, Libia entró en una nueva espiral de violencia después de que el comandante del Ejército Nacional Haftar ordenara una ofensiva contra Trípoli para "liberarla de terroristas".
Tres días más tarde, las fuerzas leales al Gobierno de unidad nacional anunciaron la operación Volcán de Ira contra las tropas del mariscal.
Esta última escalada ha provocado unos 450 muertos y más de 2.000 heridos, según datos de la Organización Mundial de la Salud.