Europa es una bomba de relojería a punto de estallar

Las guerras intestinas que tienen lugar en la Unión Europea la están dejando al borde del colapso institucional. Y uno de los cortocircuitos es el que existe entre el primer ministro de Hungría, Victor Orban, y Bruselas. Un Orban que, además, se apresta a asumir la presidencia rotatoria del Consejo Europeo y a quien se le suma su colega eslovaco.

Orban irreductible

En este contexto, Orban no tiene la intención de asumir la Presidencia del Consejo Europeo, tal y como le correspondería ante la decisión de Charles Michel de abandonar el cargo antes de lo previsto para presentarse a las elecciones al Parlamento Europeo. Sin embargo, el premier húngaro sí mantendrá su veto a la reforma del presupuesto de la UE que incluye los ya famosos 50.000 millones de euros a Ucrania: su idea es eliminar la ayuda a Kiev y destinar más dinero a otros fines, como la lucha contra la inmigración.

Ante este escenario, en esta Europa tan democrática, días pasados, 120 eurodiputados firmaron una petición para limitar el poder de Budapest durante su turno al frente de la presidencia del Consejo Europeo, algo que supone un ataque frontal contra Orban.

Y quien acompaña a Orban en esta cruzada es el premier de Eslovaquia, Robert Fico, quien declaró en ese sentido que "las propuestas y resoluciones que instan a retirar el derecho de voto y otras prerrogativas de que goza cada país miembro deben ser aprobadas por todos los medios y yo nunca aceptaré este castigo a Hungría, porque va contra de mi noción de soberanía".

Mientras, la Comisión Europea valora prorrogar hasta junio de 2025 la exención de aranceles, contingentes y otras barreras comerciales a las importaciones procedentes de Ucrania, algo que choca de frente con el primer ministro polaco, Donald Tusk, quien mantiene la postura proteccionista del Gobierno anterior y se opondrá a esta renovación.

"En la actual Unión Europea, si te mueves no sales en la foto", ironiza el doctor en Sociología, historiador y escritor Sergio Fernández Riquelme.

"Es curioso que desde Bruselas se hable tanto de democracia, pero se considere a Hungría y a otros países que están poniendo condiciones a la ayuda económica a Ucrania, pues se les sancione, se les cancele, o se les aparte directamente de los órganos de poder", remacha el también profesor de la Universidad de Murcia.

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