Ser miembro pleno de la Unión Económica Euroasiática "debe ser una meta" para Cuba

La isla antillana y los países integrantes de la Unión Económica Euroasiática (Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Armenia) mantienen vínculos al más alto nivel político y poseen documentos conjuntos para el impulso de los lazos económico-comerciales y de cooperación, si bien son necesarios resultados concretos en esa área.

Ese resultó, por tanto, uno de los temas centrales de la tercera reunión conjunta acontecida en La Habana el 15 de enero último, presidida por Serguéi Gláziev, el ministro de Integración y Macroeconomía de la Comisión Económica Euroasiática (CEE), su órgano regulador permanente, y el vice primer ministro cubano y ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Ricardo Cabrisas.

En su discurso, el titular de la isla instó a "convertir lo rubricado en proyectos conjuntos rentables y sostenibles para, de esta manera, construir nexos sólidos que nos permitan aprovechar las oportunidades existentes en beneficio del crecimiento mutuo (…) ratificamos la intención de involucrarnos de forma más proactiva y efectiva".

De acuerdo con Mario Antonio Padilla Torres, profesor e investigador titular del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), se considera esta nueva reunión como un momento significativo dentro de las relaciones entre la isla y ese mecanismo de integración, pues analizaron las proyecciones del venidero año 2025 y alargaron el análisis hasta 2030.

"Esa estrategia coincide con el desarrollo económico, comercial y financiero de nuestro país y con nuestro Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social para ese período", por tanto, "Cuba, Estado observador desde diciembre de 2020, tiene como voluntad la consolidación de los lazos con los miembros de esa organización regional", argumentó el académico a Sputnik.

De igual manera, el jefe de la delegación de la CEE, Serguéi Gláziev, como parte de su agenda de encuentros en la mayor de las Antillas, se reunió con el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a quien manifestó: "Nosotros coincidimos en la mayoría de las posiciones (…) también vamos a favorecer, desde todo punto de vista, nuestro intercambio comercial y económico".

La UEE está integrada por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Rusia, mientras que Cuba y Uzbekistán participan como países observadores. Esta agrupación tiene por objetivo establecer un mercado común y coordinar las acciones económicas de sus miembros.

Vínculos beneficiosos para Cuba

Padilla Torres, también máster en Ciencias Históricas y miembro permanente del Tribunal Nacional de Filosofía, afirmó que la UEE constituye un nuevo tipo de relaciones entre antiguos países de la Unión Soviética (URSS), que mantienen un sistemático desarrollo económico, y tiene como objetivo principal el fortalecimiento de los Estados miembros.

La alianza, subrayó a Sputnik, en sus primeros años de constituida, puso énfasis en el intercambio comercial y aduanero, así como el establecimiento de un acuerdo de cuatro libertades: libre circulación de bienes, servicios, capital y mano de obra. A ello se suma el impulso de la cooperación comercial y económica, el reforzamiento de lazos históricos y culturales y la creación de espacios para el diálogo y la resolución de conflictos.

El también doctor en Ciencias Filosóficas refirió que a Cuba como país observador "le conviene este tipo de vínculo: por los nexos mantenidos durante muchos años con la URSS, el progreso alcanzado por estas naciones y las potencialidades de la isla, y sería una puerta para la colaboración del grupo con América Latina y el Caribe".

En este sentido, es posible la firma de convenios centrados en la circulación de medicamentos y dispositivos médicos, la agroindustria y actividades empresariales, unido a otros temas relevantes para "los planes estratégicos de desarrollo de las partes y también la profundización de cuestiones prioritarias en turismo, biotecnología, salud y agricultura".

No obstante, señaló el académico, resulta necesaria la estabilidad mundial, en un escenario donde "impere más la paz que los conflictos". Asimismo, a su juicio, el bloqueo impuesto por Estados Unidos a la mayor de las Antillas desde hace más de seis décadas "es un elemento clave que hay que sortear con inteligencia".

"Acercarnos más a ese bloque y lograr ser miembros plenos de la UEE debe ser una meta. Además, perfeccionar nuestra economía y eliminar trabas para estar a la altura de las exigencias de nuestros aliados. Ambas partes deben ser más proactivas y propiciar un acercamiento directo entre los ministros de los territorios integrantes involucrados en la ejecución del Plan de Acción", apuntó Padilla Torres.

Es imperativo, insistió, el fortalecimiento y avance más rápido en el intercambio entre instituciones como las cámaras de comercio y entidades bancarias y financieras. En este sentido, las partes acordaron potenciar el encuentro entre empresarios, con el propósito de lograr una participación efectiva en el plan nacional de la isla hacia 2030.

"En cuanto a Rusia, como líder fundamental de ese organismo, además de las prioridades de la Unión, se continuará con la implementación de convenios rubricados en las esferas del turismo, energías alternativas, inversiones y creación de infraestructuras industriales", concluyó el experto.

Intercambio comercial y económico

Desde la segunda sesión mixta de Cuba y la CEE, celebrada en diciembre de 2021, algunos de los avances son la presencia de delegaciones de la Comisión en la Feria Internacional de La Habana (FIHAV); la celebración de un panel especial dedicado al grupo en la FIHAV 2023 y visitas de embajadores y delegaciones oficiales a la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, con el propósito de construir un parque industrial.

En este sentido, destacan misiones de trabajo realizadas por representantes de organismos e instituciones de la mayor de las Antillas, entre ellas de los ministerios de Turismo, Industria, Agricultura e Industria Alimentaria, a Rusia y la República de Bielorrusia, encaminadas a la identificación de nuevas oportunidades de colaboración conjunta.

En su intervención del 15 de enero, Cabrisas indicó que la incorporación de Cuba como observador fue una solicitud bien analizada por el Gobierno, a partir de los antecedentes históricos de relaciones entre los países. No obstante, señaló, "es insuficiente el trabajo realizado y no estamos conformes con ello. Podemos hacer mucho más en función del desarrollo de nuestros pueblos".

Asimismo, identificó al turismo entre los sectores que pueden promover de manera conjunta y la pertinencia de identificar posibles negocios en esferas estratégicas como la industria, biotecnología, producción de alimentos, energía, transporte y logística.

"Confirmamos la relevancia de impulsar iniciativas que permitan facilitar el ambiente de comercio e inversiones. Por ejemplo, implementar proyectos conjuntos para el desarrollo de infraestructuras como puertos y aeropuertos, y ejecutar acciones en pos de eliminar trabas y dinamizar procesos en cuanto a la regulación en la circulación de mercancías y medidas sanitarias y fitosanitarias", indicó.

Por su parte, Gláziev afirmó en esta tercera reunión que la consolidación de los nexos con la isla, como socio estratégico de esta región, constituye una prioridad en un escenario multipolar.

"Realizamos el mecanismo de apoyo a los proyectos de cooperación conjuntos y ahora comenzaremos a analizar los más prioritarios para subsidiarlos y atraer créditos para su implementación. Aunque en esos planes no se menciona aún la participación de los Estados observadores, pero se agradece y solicita su participación", indicó.

El presidente Díaz-Canel y el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, participaron de manera activa y alterna en los Consejos Supremos e Intergubernamentales de la organización, en función de impulsar el intercambio con los países miembros, desde las potencialidades presentes en los ámbitos económico, comercial, financiero y de cooperación.

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