Cómo la actividad petrolera rusa en Irak pone en apuros el dominio occidental en Oriente Medio

Rusia se hizo con el control del sector petrolero de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí (KI), en el norte de ese país, poniendo fin a la hegemonía de Occidente en toda la zona, opinan expertos.

Según el economista y publicista de Oilprice.com, Simon Watkins, Rusia está en vías de finalizar los trabajos de explotación del yacimiento Qurna Oeste 2, como demuestran las serias conversaciones mantenidas en las últimas semanas para aumentar la presencia rusa en los campos petrolíferos del país árabe.

El plan vigente de desarrollo de Qurna Oeste 2 consiste en tres fases con una producción máxima de 1,2 millones de barriles diarios (b/d). La fase 1 añadiría unos 120.000 b/d a los primeros 30.000 b/d de producción de la cuenca Mishrif del yacimiento. La fase 2 agregaría otros 400.000 b/d procedentes de Mishrif. Por último, la fase 3 aportaría otros 650.000 b/d del desarrollo de la cuenca Yamama más profunda.

Qurna Oeste 2 tiene unas reservas de petróleo extraíbles estimadas en unos 13.000 millones de barriles y, como la mayoría de los grandes yacimientos de Irak (también de Irán y Arabia Saudita), se beneficia de los costos de extracción más bajos del mundo, entre 1 y 2 dólares por barril.

El Kremlin, considera Watkins, logró por fin un aumento significativo de la producción de petróleo de ese campo iraquí. Dicho yacimiento, junto con otro supergigante Rumaila, fue señalado recientemente por el Ministerio de Petróleo iraquí como vital para el plan del país de aumentar su capacidad de producción de petróleo a unos 7 millones de b/d en 2027.

La petrolera rusa Lukoil aumentó la producción en las últimas semanas de 400.000 b/d a unos 480.000 b/d, según cita el portal a una fuente iraní, que destaca que "a partir de este punto podría volver a aumentar por encima de los 600.000 b/d en pocas semanas, y parece que los rusos van en serio esta vez".

"Con la normalización de las relaciones entre Irán y Arabia Saudita, entra en juego la última parte del movimiento de Rusia y China para proteger todo el Oriente Medio (...) Los tres países [Irak, Irán y Arabia Saudita] son el corazón de esa región y el núcleo de sus reservas de petróleo y gas, por lo que controlarlos es una enorme ventaja geopolítica que EEUU también quería conseguir antes de que fracasara su plan", concluyó el informante iraní.

La región del Kurdistán iraquí cuenta con importantes reservas de hidrocarburos y su problemática relación con el sur de Irak, gobernado desde Bagdad, a juicio de Watkins, "permitiría a Rusia desempeñar el papel de mediador entre las dos partes del país, lo que le daría influencia sobre ambas partes".

Esta influencia, continuo el experto, podría utilizarse para que Moscú pudiera consolidar sus posiciones también en el sur de Irak, que posee aún más reservas de petróleo y gas y, por último, serviría para neutralizar cualquier esfuerzo de Estados Unidos y sus aliados por recuperar el control sobre ese país, resumió Watkins.