"Aunque tengo formación religiosa, el compromiso que asumo hoy está bien firmado y bien localizado en valores constitucionales de la laicidad del Estado y de la enseñanza pública; que Dios me ayude", dijo en su primer discurso como ministro.
El nuevo ministro aseguró que pretende abrir "un gran diálogo con académicos y educadores" del país que, al igual que él, están entristecidos por la mala calidad de la educación pública y los malos resultados de Brasil en el ranking Pisa.
Ribeiro es el cuarto ministro de Educación en año y medio de Gobierno de Bolsonaro; la cartera ha arrastrado varias polémicas, sobre todo debido al exministro Abraham Weintraub y a su sustituto, Carlos Decotelli, que duró cinco días en el cargo, al dimitir después de que se supiera que había falseado su currículum.
El nuevo ministro de Educación, pastor de la iglesia presbiteriana de Santos (Sao Paulo, sureste) es el tercer líder religioso que forma parte del Ejecutivo brasileño.
También lo son el ministro de Justicia, André Mendonça, y la ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, Damares Alves.