De haber aplicado ese número de test, el Gobierno de Bolsonaro, que hoy ostenta una de las peores cifras de todo el mundo en términos de casos y fallecimientos, sería el tercero de la región que más pruebas hizo a su población, proporcionalmente, aunque no hay información oficial sobre qué pasó con ellas.
Los puestos de privilegio son para dos países donde el panorama tampoco es de los mejores: Perú, con 53.700 test por cada millón de personas, y Chile, con 63.700. El primero de ellos hizo casi 1.680.000 de análisis y el segundo superó los 1,1 millones.
El presidente peruano, Martín Vizcarra, fue el primero en decretar una cuarentena obligatoria en un país que, no obstante, está por superar los 10.000 muertos y está por encima de los 285.000 casos.
Ahora, el Gobierno se dispone a ir a la caza del coronavirus.
Volviendo a Brasil, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), considera que ese país necesita hacer mayores esfuerzos a la hora de salir en búsqueda de una enfermedad que ya mató a 512.145 personas en el mundo.
"La OPS pide constantemente que Brasil aumente la cantidad de pruebas del coronavirus y que el mensaje para la población sea consistente", explicó el martes en una videoconferencia el director del Departamento de Enfermedades Transmisibles del organismo, Marcos Espinal.
Y agregó: "En Brasil, los gobernadores tienen la posibilidad de implementar medidas y están haciendo esto, pero falta un mensaje. Sin esto, la población se confunde", dijo el funcionario, para quien "el sistema de atención primaria en Brasil es uno de los mejores de América y del mundo, y debe ser aprovechado".
El Gobierno de Maduro inició un nuevo período de flexibilización como parte del plan denominado 7+7, en el cual 25 sectores económicos fueron autorizados a reactivarse, pero 12 estados del país no se incorporaron, debido al aumento de casos en sus localidades.
Además, el canciller Jorge Arreaza adelantó que los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se comprometen a aplicar en forma gratuita a la población la vacuna contra la enfermedad de COVID-19, una vez que esta se desarrolle.
Uruguay y Cuba
Uruguay ocupa el quinto puesto del ranking, con casi 20.000 muestras por cada millón de habitantes. Además, ostenta el privilegio de ser la única nación de la región que nunca dispuso una cuarentena obligatoria. Allí, incluso, ya volvieron las clases presenciales y se preparan para reabrir algunas pequeñas salas de conciertos y teatros, entre otras cosas.
El resto de los países del continente está en el grupo rojo, que incluye a las naciones que "necesitan tomar acciones" en el corto plazo.
La OPS piensa lo mismo. Incluso reveló proyecciones para la región que afirman que para el 1 de octubre, América Latina y el Caribe tendrá más de 438.000 muertes por COVID-19.
Actualmente, según datos de la Organización Mundial de la Salud, han muerto unas 115.000 personas en la región a causa de la enfermedad.
México, El Salvador, Guatemala, Honduras, y Panamá, lo sufrirán en agosto, mientras que Costa Rica, en octubre, agregó.
"Es importante enfatizar que estas proyecciones se convertirán en realidad solo si las condiciones actuales se mantienen. Esto significa que los países pueden cambiarlas si toman las decisiones correctas e implementan medidas de salud estrictas y comprobadas", analizó Etienne.
México (menos de 5.000 test por cada millón de habitantes), Argentina (poco más de 9.000), Ecuador (8.400), Bolivia (6.700) y Paraguay (9.500), parecen más preocupados por retornar a la normalidad que por ir en búsqueda del coronavirus, un enemigo que no se ve, pero que igual hay que derrotar.