En mayo de 1975, aún como monarca de su país, Pahlaví visitó México por primera ocasión, cuando fue invitado oficial del entonces presidente, Luis Echeverría. Pero a su caída, el secretario de Estado Henry Kissinger presionó a las autoridades mexicanas para concederle una visa de residencia temporal.
Pahlaví llegó al país latinoamericano en junio de 1979 acompañado de su esposa Farah Diba y su hijo de 18 años Reza Ciro Pahlaví. En Cuernavaca pasó desapercibida su llegada, a pesar de estar rodeado de un equipo de seguridad de más de 70 personas, quienes lo cuidaban a distancia prudente y desde distintos ángulos.
El derrocado monarca iraní habitó en la casa más lujosa de la avenida Palmira de Cuernavaca, una zona famosa por sus casas de estilo francés. La mansión contaba con piscina y un salón de baile. Aunque la familia no hacía mucha vida social con sus vecinos, se afirma que en la morada llegó a recibir la visita de personalidades extranjeras.
Además, al emperador y a su hijo se les podía ver públicamente en dos lugares: en el Racket Club, donde jugaban tenis, y el restaurante del hotel Las Mañanitas, donde alguna vez se hospedaron celebridades como el joven príncipe Felipe de España y la actriz Marilyn Monroe.
A causa de su salud, siempre pedía que le prepararan algo especial, generalmente acompañado de verduras al vapor. Sin embargo, su hijo era admirador de la comida mexicana, por lo que podía vérsele degustando sopa de tortilla, un platillo típico del país a base de caldo de tomate con tortilla frita, queso y aguacate.
Platos bañados en oro, 72 guardaespaldas y una exclusiva mansión: el exilio en México del último sha de Irán
— Julio (@Julioac13) November 18, 2018
Luego de la Revolución Islámica, el 16 de enero de 1979 Mohammad Reza Pahlaví tuvo que huir de su país Junto a su famili y se refugió duante un tiempo en Cuernavaca. pic.twitter.com/k8KPaaFrf1
Esta situación trascendió al punto de que se dice que a su llegada a Cuernavaca, se organizó una cena en honor del Pahlaví con carne, pescado, champagne y vinos comprados en el extranjero y trasladados a México en avión privado. No obstante, el sha llegó enfermo y lo único que pidió comer fue un yogurt con frutos azules.
El servicio no contaba con un recipiente apropiado para servirle esa cena, por lo que se improvisó un tazón de plata que servía para guardar cigarros. Lo lavaron, desinfectaron y sirvieron el yogurt.
Cuando Pahlaví salió de México fue diagnosticado con cáncer. Poco después murió por esa causa en El Cairo, Egipto, el 27 de julio de 1980. Con su fallecimiento se terminó la época de los sha en Irán.