"No tenemos dinero para pagar salarios y ejecutar proyectos generales, mucho menos para invertir en compras y contrataciones realizadas con la pandemia", dijo a reporteros Héctor Arce, presidente de la Asociación de Municipios de Cochabamba (centro), departamento en el que se inició la huelga.
La Federación de Asociaciones Municipales (FAM), que agrupa a los gobiernos locales de provincias y regiones rurales, anunció que la huelga de hambre se extendería a otros departamentos a partir del 10 de junio, para desembocar el fin de semana en un bloqueo carretero si el Gobierno no atiende las demandas.
Las protestas se desencadenaron después de que el 8 de junio fracasara un encuentro entre el Gobierno y los dirigentes de la FAM y la AMB, en el cual se discutió la creación de un fondo especial para la pandemia, la regularización de las transferencias ordinarias de recursos nacionales y el desembolso de fondos de proyectos en curso.
Los municipios piden también la devolución de un descuento de sus ingresos por regalías petroleras, vigente desde el pasado gobierno de Evo Morales (2006-2019), lo cual debe ser aprobado por el parlamento.
El funcionario afirmó en conferencia de prensa que los problemas económicos de los municipios no eran consecuencia de medidas gubernamentales sino de una caída general de ingresos, en particular los generados por las exportaciones de gas natural a Argentina y Brasil.
"Lamentablemente hemos entrado en campaña electoral, en la que parece que está primando una parte política y no la racionalidad", expresó.
La protesta se inició mientras se reportaba oficialmente una aceleración del avance de la pandemia, que había infectado a 13.949 personas en el país, causando 475 muertes.