Llámese como se llame, eso que nos está golpeando nos está golpeando fuerte. La avalancha informativa sobre el coronavirus (que contiene en su mayoría noticias negativas y preocupantes), el encierro y la infinidad de dificultades que estamos atravesando, podría hacernos creer que pronto llegará el apocalipsis y hacernos sentir miedo. ¿Cómo salvarnos del pánico si el sentir pareciera ser colectivo?
El prestigioso tanatólogo (disciplina que estudia lo relacionado a la muerte) y experto en duelo David Kessler explicó que si las personas nos permitimos nombrar eso que sentimos, podremos transitarlo y pasar al siguiente sentimiento sin ansiedad, sólo sintiendo realmente la pena, la angustia, el enojo, la impotencia, la soledad, según publicó la Harvard Business Review.
¿Por qué es importante transitar el duelo?
Kessler plantea que podríamos estar sintiendo una "pena anticipada": ese sentimiento que tenemos cuando no estamos seguros sobre lo que nos depara el futuro. "Con un virus, este tipo de dolor es muy confuso para la gente. Nuestra mente primitiva sabe que algo malo está sucediendo, pero no puede verlo. Esto rompe nuestro sentido de seguridad", puntualizó.
El experto identifica seis etapas en el proceso: la negación (¿acaso no has pensado 'este virus no me afectará?); le sigue el enojo (estás obligado a quedarte en casa y cambiar tu cotidianidad); después hay regateo (piensas que si te quedas en casa y te lavas las manos por dos semanas todo volverá a ser normal); luego llega la tristeza (te das cuenta que no sabes cuándo terminará esta pesadilla), y finalmente, lo aceptas (está sucediendo, tengo que averiguar cómo proceder).
"La aceptación –señala Kessler– es donde está el poder. Encontramos el control en la aceptación. Puedo lavarme las manos. Puedo mantener una distancia segura. Puedo aprender a trabajar virtualmente", agrega.
Poder nombrar la pena nos ayuda a sentir lo que está dentro de nosotros aunque nos hayamos dicho que no deberíamos sentir lo que estamos sintiendo porque seguramente alguien la esté pasando peor, asegura Kessler.
El experto reconoce que el duelo no es un proceso fácil, pero también hace hincapié en que la ansiedad que sentimos por apenarnos de forma anticipada puede ser controlada si nos concentramos en el presente.
"Puedes nombrar cinco cosas en la habitación. Hay un ordenador, una silla, una foto del perro, una alfombra vieja y una taza de café. Es así de simple. Respira –explica Kessler–. Date cuenta de que en el momento presente, nada de lo que has anticipado ha sucedido. En este momento, estás bien. Tienes comida. No estás enfermo. Usa tus sentidos y piensa en lo que sientes: el escritorio es duro, la manta es suave. (...) Esto realmente funcionará para amortiguar algo de ese dolor".