"En caso de una amenaza a la seguridad de nuestros puntos de observación y control que operan en el marco de los acuerdos de Astaná y Sochi, se dará la respuesta más decisiva y dura", dice el comunicado.
El organismo castrense explicó que pese a la tregua en Idlib anunciada el 12 de enero, Damasco "continúa matando a civiles en ataques terrestres y aéreos, obligándoles a convertirse en refugiados en condiciones invernales difíciles".
La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, patrocinada por la Organización de las Naciones Unidas, y la de Astaná, auspiciada por Rusia, Turquía e Irán, países garantes del alto el fuego en Siria.
Idlib forma parte de una de las cuatro zonas de distensión acordadas en mayo de 2017 durante las negociaciones en Astaná por los países garantes, tres de estas zonas pasaron bajo el control de Damasco en 2018; la cuarta, que abarca Idlib y unas partes de las gobernaciones vecinas de Latakia, Hama y Alepo, sigue fuera del control del Gobierno sirio, su mayor parte fue tomada por el Frente al Nusra, organización terrorista proscrita en Rusia.
El 29 de octubre, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, declaró que las fuerzas kurdas cumplieron con la condiciones del acuerdo de Sochi y se retiraron de la zona de seguridad en Siria antes de lo previsto.
Después de eso, los policías militares rusos y soldados sirios comenzaron a patrullar el área.