El polémico reclamo no tardó en recibir una respuesta por parte de Rusia. El diputado de la Duma Estatal —Cámara Baja del Parlamento—, Ruslán Balbek, recordó que las fronteras existentes entre las dos naciones son reconocidas por todo el mundo.
"En esferas tan serias, el principio de 'cambiemos las fronteras' es inaceptable y, francamente, es bastante peligroso", agregó Balbek a Izvestia, antes de considerar que tales reclamos no contribuyen a la estabilización de las relaciones ruso-estonias.
En su mensaje televisado a la nación estonia el 1 de enero, el presidente del Parlamento del país mencionó el centenario del Tratado de Tartu, firmado entre la Rusia Soviética y Estonia el 2 de febrero de 1920.
Según el acuerdo, la ciudad de Ivángorod (provincia de Leningrado) y una parte del distrito Pechorsky, actual territorio de Rusia, pertenecían a Estonia. Sin embargo, perdió su vigor en 1940, cuando el país báltico pasó a formar parte de la Unión Soviética.
Esta no es la primera vez que Polluaas busca revivir el Tratado de Tartu. El 20 de noviembre, el político afirmó que Rusia debería devolver las tierras a Estonia. Según el político, Rusia se había apoderado de aproximadamente el 5% del territorio de la nación báltica.
"Lamentamos que el liderazgo estonio, en lugar de pensar en normalizar las relaciones con Rusia, continúe haciendo declaraciones cada vez más provocativas y absurdas", dijo Zajárova.