Para que un elemento sea considerado un nanomaterial tiene que tener una dimensión menor a 100 nanómetros —un nanómetro equivale a la millonésima parte de un milímetro—. Estos, al ser tan diminutos, tienen cualidades únicas que los diferencian del resto, de ahí el interés por estudiarlo.
"El grafeno es uno de los principales materiales que estamos investigando. Es el más fino del mundo, tiene un espesor atómico y unas propiedades que son increíbles: la conductividad eléctrica, la movilidad de electrones y otras mecánicas y térmicas con aplicaciones tecnológicas importantes", dijo el investigador venezolano Raúl Rodríguez, profesor en la Universidad Politécnica de Tomsk.
Una de las aplicaciones que descubrieron está vinculada a la creación de tintas para imprimir materiales electrónicos. Pero en lo que más están trabajando actualmente es en la fabricación de sensores biocompatibles de grafeno que serían utilizados en la medicina para monitorear la salud de las personas.
"Este es un hallazgo único en nuestro grupo. Gracias a la inteligencia artificial podemos obtener mucha información de una persona si le colocamos sensores las 24 horas sin ninguna incomodidad. Por primera vez podremos saber todo sobre cáncer y enfermedades cardíacas o degenerativas, que son las que eventualmente van a afectar a cualquiera de nosotros", agregó Rodríguez.
Los sensores medirían aspectos como temperatura, movimiento, niveles de azúcar, de oxígeno y ritmo cardíaco. Esto permitirá encontrar patrones en la distintas enfermedades. La forma menos invasiva de aplicarlos es en forma de tatuajes temporales que se adhieren a la piel de una persona sin siquiera notarlo.