Una exposición desvela ahora la identidad de 52 de esos excombatientes, hombres y mujeres, a los que el fotógrafo uruguayo-israelí Quique Kierszenbaum ha retratado durante diez años.
Los 52 rostros miran fijamente al visitante en la Galería Orly Dvir de Tel Aviv-Jaffa.
El proyecto de la muestra surgió en 2009, cuando su autor preparaba, junto a un corresponsal británico, un artículo para el diario The Independent sobre testimonios de soldados que habían combatido en la operación Plomo Fundido, en Gaza (2008-2009).
"Alguien de la unidad del portavoz del Ejército israelí respondió que, si bien se investigaban todas las denuncias, no podían hacerlo con aquellas que no sabían ni siquiera si eran de soldados reales", señaló Kierszenbaum a Sputnik.
Según el fotógrafo, "para preparar ese artículo habíamos entrevistado a parte de esos soldados que habían dado testimonio, que venían de una guerra muy dura y contaban experiencias, estaban en un momento difícil de su vida".
La sociedad israelí, según este fotoperiodista, "reacciona de una forma muy dura contra esta organización (Rompiendo el Silencio)".
"Pero creo que al mirar las fotos va a entender que estos retratados son parte de un mosaico de la sociedad judía israelí y que la tiene que tratar como tal. Pueden ser tus hijos, tus hermanos, los hijos del vecino", dijo Kierszenbaum.
Para el autor "todo este fenómeno de Rompiendo el Silencio es casi único en el mundo porque generalmente cuando nosotros sabemos de abusos en las guerras, los conocemos más por las víctimas o por los familiares de las mismas, muy pocas veces lo sabemos por los perpetradores".
Algunos de ellos han tenido problemas con sus propias familias por haber contado los abusos que cometieron o vieron perpetrar contra palestinos.
Los 52 retratos, torsos de tamaño natural, representan los 52 años de ocupación israelí de los territorios palestinos (desde la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967), recogen la mirada directa a la Cámara de los fotografiados.
En el espacio donde se exhiben, los visitantes no pueden escapar en ningún rincón a la mirada fija de los excombatientes.
"Estos jóvenes fueron mandados a una misión por la sociedad israelí. Han cumplido esa misión y han vuelto a casa", comentó el autor de la exposición.
Recalcó Kierszenbaum que lo "que ellos en estos momentos están pidiendo es que se los mire directamente a los ojos y que se escuche qué significa mantener una ocupación, qué precio se paga"
Para este fotoperiodista, "ser el medio por el cual estos soldados han salido" del anonimato y se han expuesto al público "es un honor".