"Recibí una carta cálida de [jefe de la NASA, Jim] Bridenstine (...) Los estadounidenses podían necesitar asientos adicionales en 2020 y 2021", dijo Rogozin este 31 de octubre en una comparecencia ante la prensa.
Roscosmos, agregó Rogozin, está analizando la forma de ayudar a la NASA.
Una de las variantes, avanzó, es reducir la tripulación rusa en las Soyuz para que los estadounidenses puedan volar a la EEI.
"Lamentablemente esto cambia nuestros planes en lo que respecta a experimentos científicos en la plataforma orbital. Tendremos que sacrificar una parte de nuestro programa", señaló.
En este contexto, puntualizó, Roscosmos asignó fondos para la construcción de otras dos naves espaciales Soyuz.
"El miércoles [30 de octubre] ordené destinar medios adicionales para la fabricación de dos naves", remarcó.
Estados Unidos desarrolla sus naves espaciales Dragon 2 y Starliner para llevar a sus astronautas a la EEI.
En marzo pasado Dragon 2 realizó su primer vuelo de prueba sin tripulantes a la plataforma espacial, mientras que los ensayos del Starliner se han aplazado en numerosas ocasiones.
Desde 2011, Rusia es el único país con capacidad para llevar tripulantes a la estación espacial.
Estación Espacial Internacional
El jefe de Roscosmos declaró que el año que viene se decidirá la suerte que correrá la Estación Espacial Internacional (EEI) en el próximo decenio.
Actualmente su plazo de funcionamiento está prolongado hasta 2024, y se debate la posibilidad de una prórroga para los años comprendidos entre 2028 y 2030.
La EEI es un centro de investigación y laboratorio en la órbita terrestre, cuya administración, gestión y desarrollo está a cargo de la cooperación internacional.
Desde noviembre del año 2000, la estación espacial alberga una tripulación internacional rotativa de astronautas e investigadores pertenecientes a las cinco agencias del espacio participantes de EEI: la rusa Roscosmos, la estadounidense NASA, la canadiense CSA, la japonesa JAXA y la europea ESA.