¿Para qué fue lanzado el ataque?
El experto señala que, visto el bajo nivel tecnológico y material de los rebeldes hutíes —que no supera el uso de los fusiles Ak-47—, sería muy probable que Teherán estuviese detrás del ataque. Sin embargo, ello no tendría sentido para el país persa por varias razones.
Por ello, Fénchenko propone cuatro escenarios principales que podrían explicar lo ocurrido en las instalaciones petroleras de Saudi Aramco el 14 de septiembre.
- Irán no tiene nada que ver con los ataques. En realidad, los responsables del ataque son los rebeldes saudíes: los musulmanes chiitas, quienes componen aproximadamente un tercio de la población regional e históricamente fueron los menos beneficiados por la extracción del petróleo que está bajo sus pies.
- Existe una gran ruptura en el Gobierno iraní. Es muy probable que la Guardia Revolucionaria Islámica (GRI) tenga su propia agenda y que esta contradiga la del presidente, Hasán Rohaní. Puesto que la paz pone en cuestión la existencia de la GRI, esta sabotea todos los esfuerzos que van en esta dirección. Un ejemplo de ello es el asalto al petrolero japonés el mismo día que el primer ministro de Japón llegó a Teherán para reunirse con Rohaní y el ayatolá Alí Jameneí.
- Irán quiere sabotear el IPO de Aramco. Según el analista, es probable que los altos mandos iraníes viesen una amenaza en la salida a bolsa (IPO) de Saudí Aramco, puesto que esto aumentaría los ingresos de la familia real de este país y les permitiría financiar las guerras en Yemen, Siria e Irak.
- Teherán se siente invulnerable. El Gobierno de Irán se siente lo suficientemente seguro de sí mismo como para retar a Arabia Saudí porque dispone de armas nucleares o porque está a punto de hacerse con ellas.
¿Quién gana más con estos ataques?
En el caso de que Irán y Arabia Saudí comiencen a bombardear las instalaciones petroleras del otro, los mayores ganadores de la situación que surgirá serán los exportadores del crudo políticamente estables, como Rusia, EEUU, Canadá, Noruega y Brasil, entre otros.
¿Quién pierde más con estos ataques?
Aparte de la propia Arabia Saudí e Irán, el país que mayores pérdidas va experimentar es China, puesto que su balance de ingresos depende mucho de los precios del crudo. Sin embargo, este no sería el único impacto que sufriría Pekín.
Obviamente, todas estas inversiones tendrían poco sentido con los misiles volando sobre los terrenos de construcción. Cabe destacar que China se preparó para un posible cambio en el precio del crudo: durante los últimos años Pekín compraba más crudo del que necesitaba para formar una reserva estratégica. También firmó unos contratos a largo plazo con Rusia y Catar.
¿Vender o comprar los bonos?
El experto considera que, en el caso de que se desate una guerra entre Irán y EEUU o Arabia Saudí, la incertidumbre en el mercado podría ser un indicio de un potencial aumento del precio de los bonos. Pero al mismo tiempo, las guerras suelen causar inflación, y esta es una mala noticia para el que invierta en los bonos.
Por lo tanto, es difícil dar un pronóstico definitivo en cuanto a las ganancias que podría generar la inversión en los bonos del crudo en unas circunstancias tan complicadas.
¿Por qué el precio del crudo no subió mucho?
En esencia, los precios del petróleo solo llegaron hasta su nivel de mayo, pero han pasado muchas cosas desde entonces: se han intensificado las sanciones de EEUU contra Irán, han disminuido las instalaciones de perforación de los yacimientos estadounidenses y se extrae menos petróleo venezolano.
Es probable que el boom de esquisto en EEUU y el aumento de la extracción del crudo en Irán y Libia adormecieran el mercado con una falsa percepción de seguridad surgida de la creencia de que hay abundancia de petróleo en el mundo.
Al mismo tiempo, por todas partes los políticos están abogando mucho por el fomento de las tecnologías verdes y afirman que invertirán miles de millones de dólares en este ámbito. Obviamente, estas contradicciones pueden confundir a los inversores, destaca Fénchenko.
Visto el hecho de que sus ganancias superan ahora considerablemente las de los bonos estatales, podría ser una buena idea el invertir en las acciones de empresas como Total, Royal Dutch Shell, BP y las petroleras rusas. Con ello, en los días venideros la situación podría cambiar drásticamente, concluye Fénchenko, motivo por el que habrá que estar pendientes de las noticias provenientes de la región.