"Nosotros, junto a la Superintendencia de Educación, nos hemos acercado particularmente a los establecimientos educacionales afectados para realizar un trabajo preventivo, y que esto no se transforme en una moda", afirmó Colarte.
El 22 de agosto pasado se generó en la ciudad de Quilpué (centro de Chile) un amplio operativo policial luego de que un exalumno del Colegio Aconcagua subiera una publicación a sus redes sociales con una pistola en la mano, amenazando con ir a disparar al establecimiento.
El 29 de agosto pasado se alertó de un posible tiroteo en el Liceo Parroquial San Antonio de la ciudad de Viña del Mar (centro).
El 2 de septiembre se registró una amenaza anónima en contra del Colegio Rauquén en Curicó (centro sur); y el pasado 4 de septiembre un estudiante de 15 años envió un mensaje por Whatsapp asegurando que atacaría con un arma.
Ninguna de estas amenazas se llevaron a cabo.
Aunque la mayoría podría deberse a bromas de los estudiantes, la policía chilena se ha visto obligada a desplegar amplios operativos y gastar recursos para controlar e investigar todos los casos.