Según Reuters, en promedio, la Open Society Foundations gasta 1.000 millones de dólares cada año para apoyar los derechos de los migrantes y combatir la discriminación. En un futuro cercano, sus gerentes se centrarán en Alemania, pues expresan temor en relación con la popularidad del partido Alternativa para Alemania en algunas de sus regiones.
"Todos los que luchan contra el racismo, el antisemitismo, ayudan a los migrantes y los refugiados (...) ahora temen verse privados de fondos", explica Selmin Caliscan, director de la oficina de la organización en Berlín.
Los empleados de la fundación temen que se repita la situación que ocurrió en Francia: allí, en las áreas donde recibió el poder el partido de Marine Le Pen, congelaron las cuentas de las sucursales de la fundación.
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