En 2015 un equipo documentó 5.476 tipos distintos de virus en el océano. En 2016 el mismo equipo actualizó su conteo a 15.222. Este último estudio contó 12 veces más virus: 195.728 tipos; 90% de ellos nunca habían sido registrados por los científicos.
El estudio sienta las bases para una mejor comprensión de su impacto en los ciclos globales de nutrientes. La información recabada podría ayudar a aclarar el papel de los microbios en el ciclo del carbono del océano, para así, poder modificarlo.
Aunque los océanos cubren el 70% de nuestro planeta, hasta hace unos años la mayor parte del conocimiento de la diversidad viral marina provenía solo de unos pocos lugares que eran bien estudiados.
Más: La NASA enciende las alarmas sobre el calentamiento global
Eso cambió con el proyecto Tara Oceans, que tuvo como objetivo generar un inventario más completo de la diversidad microbiana y viral marina mediante un muestreo en todo el mundo. La goleta Tara ha hecho su camino por todos los océanos, recolectando muestras desde la superficie a las profundidades, y de polo a polo.
Alrededor del 40% de las nuevas poblaciones de virus provienen de las nuevas muestras del Ártico.
"Nos sorprendió ver al Ártico como un punto de acceso a la biodiversidad, lo cual es particularmente relevante, ya que estas aguas se encuentran entre las que más rápidamente cambian en el planeta debido al cambio climático", dijo a Quanta Matthew Sullivan, microbiólogo del Estado de Ohio y autor principal de la investigación.
También: Este es el lugar donde se originó la vida… y no es el océano
Algunos científicos han especulado con la posibilidad de que algún día se utilicen virus para modificar el ciclo del carbono y así reducir la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera.
Los virus afectan el nivel de saturación de bacterias en los océanos: entre el 20% y 40% de la población bacteriana global es "asesinada" cada día por los virus, se explica en Quanta. Cuando una bacteria es eliminada por una infección viral, su pared celular explota. Todo el carbono que hizo esa bacteria es liberado en los océanos, y parte termina siendo "sepultado" en las profundidades del océano.