"Si fuera una espía (…) sería la peor espía que puedas imaginar", dijo Bútina al comunicador que publicó la entrevista en la revista The New Republic.
Bamford cuestiona la investigación del FBI y la cobertura que dan al caso los medios dominantes de Estados Unidos.
La joven rusa comentó también las acusaciones de que supuestamente ofrecía sexo por un empleo, algo que la defensa rechazó desde un principio.
Esta información errónea fue divulgada por los medios estadounidenses, que creían que esto era una evidencia más del presunto espionaje que realizaba Bútina.
"Vine aquí porque los niños de mi generación creían en Estados Unidos, porque nuestras leyes se basan en las estadounidenses. Este es el lugar de los derechos humanos. Pero, sin más, dañaron mi reputación", apuntó la joven.
Pese a reconocer su error, la Fiscalía insistió en que la joven debe permanecer en prisión al dudar de la solidez de su unión con su pareja sentimental.
La Fiscalía le acusa de conspirar para trabajar a favor del Gobierno de Rusia en territorio estadounidense.
Las agencias de inteligencia norteamericanas afirman también que la joven operaba en el país como agente extranjero no registrado en el Departamento de Justicia.
Desde Rusia sostiene que las acusaciones contra Bútina son totalmente infundadas e insisten en su inmediata liberación.
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