"Pensé que vine aquí a prestar declaración porque la finca era mía, la finca no es mía", dijo durante el interrogatorio, según los videos divulgados por la Justicia Federal de Paraná (sur).
Consideran que sería una forma disimulada de soborno como agradecimiento por los favores prestados por el exmandatario para que estas empresas lograran contratos con la petrolera semiestatal Petrobras.
En un momento, Lula fue informado de que la acusación que pesa contra él no es que fuera propietario de esa finca (que pertenecía a un amigo pero que usaba muy frecuentemente), sino que se beneficiaria de esas reformas.
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Lula se defendió diciendo que esa acusación no tiene sentido porque se trata de obras que él no pidió y que los directivos que le acusaron lo hicieron bajo la presión de citar su nombre para obtener beneficios penales.
Más adelante, Lula habló de movilizar a todos los simpatizantes del Partido de los Trabajadores (PT) contra las arbitrariedades (según su criterio) de los fiscales de la Operación Lava Jato.
"Está intimidando a la acusación y no lo voy a permitir", remarcó la magistrada, añadiendo que si se producían amenazas contra los fiscales Lula sería responsable.
Otro de los momentos de tensión se produjo cuando en una de las numerosas críticas al juez Moro, Bolsonaro dijo que éste es "amigo" del cambista Alberto Yousseff, pieza clave en la Operación Lava Jato.
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Tras el interrogatorio, el abogado de Lula Cristiano Zanin Martins, afirmó en un comunicado que Lula "rebatió punto a punto las infundadas acusaciones del Ministerio Público".
La defensa también resaltó que a pesar de que la Fiscalía afirmase que los contratos de Petrobras generaron sobornos para el expresidente (hecho que justificó que el proceso se base en Curitiba, sede de la Operación Lava Jato), los procuradores no lo cuestionaron sobre eso.
Lula, afirmó el abogado, reforzó su indignación por estar preso "sin haber cometido ningún crimen y por estar sufriendo una persecución judicial por motivos políticos".
El expresidente y su entorno acusan particularmente al juez Sérgio Moro, que lo condenó en primera instancia por otro caso, que recientemente aceptó el cargo de ministro de Justicia en el futuro Gobierno de Jair Bolsonaro.