La situación de precariedad, señala el informe, se multiplicó por dos en la franja de edad que va de los 30 a los 39.
El estudio basa su definición de precario en tres parámetros: trabajadores con un contrato temporal, que tengan jornada reducida no voluntaria, y que busquen un empleo mejor al estar insatisfechos con el actual.
Las autoras del informe tomaron esta franja de edad porque la anterior está afectada por la finalización de los estudios.
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El estudio académico destaca que la incertidumbre económica prolongada que caracteriza a la precariedad "dificulta la entrada llena a la vida adulta y pospone su emancipación, la consecución de la independencia económica, la formación de parejas estables, el matrimonio y el nacimiento de los hijos", con importantes consecuencias demográficas, sociales y económicas.
En particular, la crisis económica global de 2008 empeoró la situación de precariedad en el mercado laboral, convirtiéndola en "estructural".
"Mientras la desocupación fluctúa con la conyuntura, la precariedad es un aspecto mucho más estructural, que no ha pasado de aumentar de generación en generación, independientemente del contexto", se asegura en el informe.