La secretaria de Estado adjunta de EEUU, Manisha Singh, había comunicado que Washington podría suspender la imposición de nuevas sanciones a Rusia por el caso Skripal si Moscú permite realizar inspecciones adicionales a las instalaciones químicas en territorio ruso.
"Rusia no piensa cumplir y ni siquiera se dignará a responder a esas exigencias ilegítimas de Estados Unidos que rayan con ultimátum y sobrepasan los marcos de la Convención sobre Armas Químicas", dijo Zajárova a periodistas.
De acuerdo a las cláusulas de esta convención, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) realiza sistemáticamente inspecciones a instalaciones químicas, y entre enero y agosto de 2018 llevó a cabo cuatro inspecciones en empresas de la industria química de Rusia.
"De manera que las inspecciones de la OPAQ en Rusia continúan tal y como establece la Convención sobre Armas Químicas", destacó Zajárova.
A su vez, la diplomática llamó a EEUU a destruir sus propios arsenales químicos.
El pasado 27 de agosto, EEUU puso en marcha una nueva batería de sanciones económicas contra Rusia, esta vez por su presunta implicación en el caso Skripal, acusación que Moscú rechaza tajantemente, al igual que los demás pretextos esgrimidos por Occidente para introducir restricciones.
En marzo pasado, el ex agente doble Serguéi Skripal y su hija Yulia fueron encontrados inconscientes en la ciudad británica de Salisbury presuntamente envenenados con una sustancia química, ante lo cual Gran Bretaña acusó inmediatamente a Rusia de estos hechos, sin esperar los resultados de la investigación ni permitir a las autoridades rusas colaborar con las pesquisas.
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Una segunda ronda de sanciones, más rigurosa, podría entrar en vigor en noviembre y extenderse a los créditos, a las entidades jurídicas y las operaciones de exportación e importación.
Según expertos consultados por Sputnik, las sanciones podrían provocar también embargo al pago en dólares y, por ende, acarrear consecuencias negativas para los bancos rusos y la cotización del rublo.