Para Trump, la balanza comercial es un partido que siempre debe ganar EEUU, y que el 'win-win' (ganar-ganar) es una estrategia de marketing que sólo practican los débiles. O al menos eso es lo que pretende vender a la galería.
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Y lo que se vivió apenas iniciada esta semana, no es un Déjà vu por cuadriplicado: "He pedido al representantes de EEUU para Comercio que identifique productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares para aranceles adicionales del 10%".
En este sentido, el presidente de la consultora Ekai Center, Adrián Zelaia, explica que a este 'juego' del inquilino de la Casa Blanca "hay que entenderlo en la dinámica de negociación que suele abordar Donald Trump, es decir, el que se produzcan avances en una negociación de la trascendencia que ésta tiene, eso es algo en principio normal y que no sorprende. Lo realmente sorprendente es el eco público que esto tiene, la dramatización, y hasta qué punto Donald Trump juega fuerte en los movimientos que realiza".
Se trata de amenazas y medidas de presión, según el analista, por lo cual, argumenta que esta coyuntura nos sitúa en un contexto "difícil de entender".
Y la respuesta de China llegó con sabiduría milenaria: "Si EEUU pierde los restos de cordura y publica una nueva lista (de productos sujetos a aranceles), China se verá obligada a tomar unas medidas integrales tato cuantitativas como cualitativas para dar una respuesta firme", dice el comunicado del Ministerio chino de Comercio.
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"No olvidemos que la presidencia (de Trump) está en este momento, primero, apoyada por distintos lobbies, y luego, acosada por distintos sectores también. Y frente a estos sectores, las dramatizaciones de Trump tienen un doble objetivo: no sólo hacia el otro país, sino a lo interno, intentando con frecuencia trasmitir agresividad, dureza, de tal forma que esos lobbies internos más agresivos se tranquilicen, o de alguna forma pierdan perspicacia sobre lo que realmente está pasando", concluye Adrián Zelaia.