Durante el experimento, los científicos midieron los niveles de contaminación de la leche de vaca en 14 granjas ubicadas al noroeste de Ucrania, a 200 kilómetros de Chernóbil.
Pese a que el nivel de contaminación radiactiva del suelo ucraniano no es muy alto, el cesio sigue acumulándose en los alimentos, algo que puede tener efectos perniciosos sobre la salud de las próximas generaciones, advirtieron los investigadores.
Pero, ¿cómo se puede reducir el riesgo de contaminación? Según los autores del artículo, es necesario que el ganado consuma más ferrocianuro, una sustancia capaz de fijar el cesio que no permite que esta sustancia tóxica entre en el torrente sanguíneo.
Más del tema: Las versiones de la catástrofe de Chernóbil
El 26 de abril de 1986, una explosión sacudió la central nuclear Lenin de Chernóbil, ubicada a 110 kilómetros de Kiev. Tras la explosión se desató un incendio que produjo que una mezcla de metal fundido, arena, hormigón y fragmentos de combustible se extendiese por toda la zona del subreactor de la central. Más de 30 personas murieron y decenas de miles se vieron afectadas por la catástrofe, padeciendo diferentes dosis de radiación. Asimismo, a raíz de la explosión, nubes plagadas de material radiactivo cubrieron vastos territorios de la URSS y Europa.