El amigo del ilusionista y productor ejecutivo Chris Kenner reveló a los jurados que los participantes del truco, elegidos al azar por parte del ilusionista, tenían que atravesar un verdadero circuito de obstáculos para reaparecer en la escena tras su desaparición, informa The Guardian.
Con todo eso, los organizadores del truco no tomaron en cuenta la conveniencia del calzado de los participantes para moverse con rapidez. Este desacierto condujo a que un día el británico, Gavin Cox, se cayera durante su participación en 2013 y sufriera traumas en la cabeza y el cuerpo.
Posteriormente Cox gastó más de 400.000 dólares en recuperarse y demandó a Copperfield por negligencia ante el juzgado.
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