"China jamás aspirará a la hegemonía o la expansión, solo el que se ha acostumbrado a amenazar a otros los considera una amenaza", indicó.
Xi destacó que el "pueblo chino emprende acciones reales para hacer su aporte al mantenimiento de la paz y al desarrollo de la humanidad" y dijo que esa aspiración "no debe ser malinterpretada o tergiversada".
"China aspira a la justicia y a la imparcialidad en los asuntos internacionales y aboga por solucionar todos los problemas mediante consultas entre pueblos", apuntó Xi.
El presidente reiteró que China no va a imponer su voluntad a otros y tampoco permitirá que intenten imponerle una voluntad ajena.
"China defenderá su soberanía, su integridad territorial y los intereses de su pueblo", concluyó el presidente chino.
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El presidente de China lanzó una advertencia a Taiwán y EEUU al afirmar que los intentos de dividir el país están condenados a fracasar.
"Es una aspiración compartida de todo el pueblo chino cuyo interés básico es salvaguardar la soberanía y la integridad territorial y realizar la reunificación completa de China", declaró Xi.
El presidente añadió que "cualquier acción y cualquier ardid para dividir a China están abocados al fracaso y enfrentarán la condena del pueblo y el castigo de la historia".
Para Xi, resulta "absolutamente imposible separar siquiera un palmo del territorio de nuestro gran país".
La Cancillería china manifestó el rechazo de Pekín a esta normativa e instó a Washington a respetar el principio de Una sola China, refrendado en los comunicados conjuntos de 1972, 1978 y 1982.
El acuerdo entre Washington y Pekín para rescindir el reconocimiento diplomático del Gobierno de Taiwán y respetar la política de Una China era una condición previa para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre EEUU y China en 1979.