Dos asesores sobre temas relacionados con Rusia en el Consejo de Seguridad Nacional, Michael Daniel y Celeste Wallander, creían que Estados Unidos necesitaba contratacar con fuerza, de acuerdo con el nuevo libro 'Russian Roulette' ('Ruleta rusa', en inglés), de Michael Isikoff y David Corn, citado por Yahoo.news.
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De acuerdo con el libro también surgió la idea de atacar a Putin personalmente filtrando información sobre sus finanzas, la corrupción en su partido —Rusia Unida— o incluso información sobre las relaciones íntimas de los principales líderes rusos.
"El Gobierno estadounidense quería enviar la señal de que no toleraríamos interrupciones en nuestro proceso electoral", dijo Michael Daniel, que defendió que "los rusos iban a presionar tanto como pudieran hasta que comenzáramos a responder".
Pero mientras Daniel y Wallander elaboraban acciones de represalia recibieron una advertencia de Susan Rice, la principal asesora de Seguridad Nacional del entonces presidente Obama.
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Después de recibir órdenes para detenerse, según Isikoff y Corn, Obama y sus asesores principales decidieron buscar un enfoque diferente. En lugar de 'contestar' con un ciberataque, el presidente advertiría a Putin en privado con la promesa de fuertes represalias en caso de cualquier 'intervención' adicional en las elecciones.
Obama realizó las amenazas en una reunión privada con el líder ruso en los márgenes de una cumbre del G20. Más tarde, el presidente informó a sus ayudantes de que había entregado el mensaje que había elaborado junto a sus asesores: "Sabemos lo que está haciendo. Si no deja de hacerlo, le impondremos penas onerosas y sin precedentes".
Casi dos meses después de las elecciones que finalmente ganó Donald Trump, Obama impuso sanciones contra Moscú por su supuesta y nunca confirmada intromisión en las elecciones. El impacto de estas medidas sigue estando en entredicho.