"Con el partido 'tory' en plena guerra civil, Theresa May ha decidido que utilizará las vidas y los medios de subsistencia de los ciudadanos irlandeses como daño colateral para salvaguardar su posición", ha criticado el diputado Chris Hazzard.
La exclusión del sistema aduanero de la Unión Europea parece un paso contradictorio con los compromisos sobre Irlanda incluidos en el acuerdo de salida que puso fin a la primera fase de las negociaciones el pasado diciembre.
Para Hazaard representa la "confirmación" de que los conservadores británicos "impondrán efectivamente una frontera brexit en la isla de Irlanda".
"La libertad y los derechos de los ciudadanos irlandeses a viajar, trabajar y estudiar en su isla se han puesto en peligro una vez más por la intransigencia del Gobierno británico", denunció el diputado de Sinn Féin.
May intenta contener la profunda división en las filas conservadoras entre los euroescépticos duros y el ala moderada que reclama la mayor convergencia posible con el bloque continental.
La última línea roja en torno a la unión aduanera pretende calmar la rebeldía de brexiteros ultras, que presionan por un corte radical con la UE e independencia absoluta para labrar relaciones comerciales internacionales.