"La permanencia de Nurmátov en un centro de detención no restringe su derecho de trasladarse a título voluntario a un tercer país tras una petición por escrito", dictaminó la juez Yulia Pritula.
Según el periódico, el Tribunal de la Ciudad de Moscú incluyó en el caso un documento de viaje que Feruz había recibido de la Cruz Roja, un billete a Alemania, el visado alemán y una solicitud firmada por la madre del periodista.
Sin embargo, el defensor de Feruz, Daniil Jaimóvich, explicó a Sputnik que la resolución del tribunal no implica una salida inmediata.
"Ali Feruz no puede abandonar Rusia. Hoy se tomó la decisión sobre (el recurso de apelación contra) una de las dos órdenes de deportación en relación con él, pero la segunda, relacionada con su actividad laboral, todavía está en el Tribunal del Distrito Basmanni", dijo el abogado.
Jaimóvich añadió que el tribunal podría emitir una resolución aparte o bien decantarse por una aclaración basada en la primera.
Anteriormente, el Consejo presidencial de DDHH alertó de que la expulsión de Nurmátov sería contraria a la Constitución rusa y al Convenio Europeo de Derechos Humanos habida cuenta de que miembros de su familia son ciudadanos de Rusia.
El periodista huyó de Uzbekistán en 2009 por no querer colaborar con los servicios secretos locales y residió durante los últimos años en Rusia, donde vive su madre, sin tener los papeles en regla y a la espera del asilo que le fue denegado en mayo pasado por el Ministerio del Interior.
Lea también: Ucrania niega la entrada a un corresponsal de la cadena rusa VGTRK
A mediados de marzo de 2017 Nurmátov fue detenido en Moscú por infringir las leyes migratorias y debía ser expulsado a Uzbekistán por resolución del tribunal, aunque las ONG pro derechos humanos, en particular Reporteros Sin Fronteras (RSF) advirtieron de que correría gran peligro en su país.
Denis Krivoshéev, director adjunto para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional, señaló por su parte que Alí Feruz es un homosexual declarado, hizo campaña por los derechos humanos y es colaborador del diario independiente Novaya Gazeta, "un cóctel letal para alguien a punto de ser entregado a Uzbekistán donde la sodomía es un delito y la tortura es endémica".
El Código Penal de Uzbekistán prevé penas de hasta tres años de cárcel por relaciones homosexuales consentidas entre dos varones.
Le puede interesar: La peculiar exigencia a los periodistas de la Casa Blanca