Dichos ataques podrían ser un motivo más que posible para que los gobiernos decidan dividir la red global en zonas nacionales y regionales, según el informe anual 'Los riesgos globales', publicado en Ginebra.
Hay que reconocer que los gobiernos y las compañías tecnológicas pueden evitar dicho riesgo a condición de mantener un diálogo. La situación políticamente estable y la responsabilidad compartida permitirán avanzar la tecnología y garantizar la seguridad informática, según explican los autores del informe.
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Esta falta de precisión puede ser el error fatal que lleve a un enfrentamiento armado, según valoran los expertos. Con todo, los enfrentamientos armados se rigen por normas jurídicas. Los especialistas opinan que la comunidad mundial debería establecer normas parecidas para las guerras informáticas.
"Los conceptos básicos como la transparencia, la proporcionalidad y no proliferación podrían aplicarse en el ámbito de la ciberseguridad (…) a lo mejor se podría prohibir algunas clases de armamento informático — igual que lo hicieron con las armas biológicas y químicas", concluye el documento del WEF.
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