El profesor Greg Austin, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, calificó el acontecimiento como uno de los mayores cambios en la estrategia de defensa nacional.
"El derrotero principal de una guerra en el ciberspacio es prevenir que las fuerzas armadas del enemigo lleguen a desatar una batalla", comentó el experto.
Austin señaló que Australia lleva mucho retraso a EEUU en dicha materia. "La buena nueva es que Rusia y China, potenciales adversarios de Australia, se han sumado a la carrera de ciberarmas en un pasado reciente", añadió.
En una primera fase, la nueva unidad tendrá 100 efectivos, pero el número se elevará a 900 dentro de diez años.
Una de las tareas clave será identificar los objetivos enemigos de alto valor y desarrollar la capacidad de lanzar ciberataques propios.
El canal menciona entre los blancos potenciales la Flota del Sur china que opera en el mar del Sur de China.